Sobre su caballito de juguete (malos policías corruptos y un jefe que trae una larga cola que le pisen), y con su espada de cartón (promesas que no cumplió, e inclusive rompió al entrar en el municipio), sí vamos a creerle, ¿verdad?
Sólo nos queda esperar "a ver si es cierto". Hágamos uso del ingenio mexicano para rematar la entrada…
"a ver si como roncas duermes"
"vamos a ver de cuál cuero salen más correas"
"de lengua me como un taco"
"suena mucho el jarro pero lleva poca agua"
"yo como Santo Tomás: hasta no ver no creer"
etcétera, etcétera, etcétera…
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