Lo curioso fue que en el de la semana pasada, dábamos una idea para las primeras buenas acciones del gobierno recién llegado. ¡Y rájatelas! Resulta que antes hacen su primera tarugada. ¿Ya ven? No es que seamos negativos o criticones: ellos mismos se echan la soga al cuello.
Esto me recuerda inmediatamente 2 cosas: la primera, aquella frase que dijera el excelente cartonista mexicano Naranjo acerca de Ernesto Zedillo (quien era presidente por esos días)… "Es que aunque uno no quiera burlarse de los políticos, ¡ellos no dejan de hacer pendejadas! Pareciera que lo piden a gritos." [Y yo agrego: ¿o no?] Y en segundo lugar, aquel nunca olvidado refrán: "más rápido cae un hablador que un cojo". Esperemos que las cosas no vayan por este talante los siguientes tres años, o vamos a tener que cambiarle la frase al municipio por este lindo tema, jaja.
Como sea, podemos reirnos del tema, o podemos mentar madres muy enojados; mientras tanto, muchas de esas madres de familia (y padres también) tendrán que vérselas negras para seguir dándoles educación escolar a sus hijos. Pero eso parece no importarle a nuestra nueva gestión pública… como dice el cartón: ¡Total! ellos ya tuvieron más que suficiente para estudiar, ¿no? Qué les puede importar el tema.
Pero acuérdense que la libertad y mejoramiento de un país, de un municipio, está en el grado de educación de su gente. Eso es básico.
1 comentario:
aqui aplica el clasico mexicano "los grandes como sea, pero y los niños..."
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