Al menos es innegable el festejo de casi todos nosotros (ya sea externo o en nuestro llamado "fuero" interno), respecto a la noticia. Y después la oleada de mentadas de madre, malos recuerdos y risas sarcásticas alrededor del tema. ¿Quién no fue tranzado —a favor o en contra— por esta paraestatal tan corrupta y puerca? Creo que deberíamos dar un premio a quien diga yo, pues sería difícil que ocurriera.
Lo extraño fue la manera de tomar las instalaciones: un despliegue de fuerza policial y del ejército, seguramente pensada para evitar la terrible violencia que pudieran provocar los veladores viejitos que custodiaban las instalaciones a las 3 de la madrugada. ¿O fue un ejercicio simulacro de lo que va a venir en unas semanas cuando la vacunación forzosa comience? Esperemos que me esté equivocando y todo se quede en palabras absurdas que escribí en esta colaboración.
Sea como fuere, no es gran esperanza que un gobierno como el presente, proponga la nueva administración de la luz en el centro del país. Esperemos que no resulte en nuevas mentadas de madre, risas sarcásticas y odios políticos revividos.
Mientras los dejo con mi segunda colaboración en estas fechas, ahora que los premios Nobel se otorgan por "no hacer lo que se venía haciendo". Antes era por logros, ahora, simplemente son otros tiempos. Tiempos de darle palmaditas en la espalda al ogro que son los EU (no vaya a ser que se les ocurra atacar de nuevo a algún otro inocente, como ha pasado desde hace casi ya 200 años). Y Obama va a ser aplaudido sin haber sudado siquiera. Si tan Nobel de la Paz es, pues que nos evite toda la guerra farmacéutica que se nos viene encima, ¿no?
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