No sé mucho de futbol. Y la verdad, acepto que el "ya merito", ese gritito incómodo del "sí se puede" (que en otros países ni cabida tiene pues no dudan que sí se puede), entre muchas otras cosas de nuestro deporte nacional, ya me asesinaron por completo mi esperanza en nuestra selección.
Así que, por respeto a la afición mexicana, mi comentario será igual al resultado del partido inaugural: ni bueno, ni malo, sino todo lo contrario.
Empatamos.
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