viernes, 19 de marzo de 2010

Edición 962

¿Qué necesita un gobernador (en este caso, una gobernadora) para darse cuenta que no está funcionando bien? Bueno, es muy probable que ya lo sepa, pero, finalmente, como no hay poder humano que la saque de ahí, no creo que le importe mucho, la verdad.

Nuestro aparato legislativo ha ido tomando una forma vil al paso de los años, para servir a quien esta en el poder y jamás representar al pueblo. 72 años de priísmo lo dejaron hecho una verdadera basura. Aún sigo sin entender por qué celebramos el día de la Constitución puesto que ésta ya no sirve sino para destruirnos. Para martirizarnos en cuantas formas pueda uno imaginarse: políticos corruptos, policías asesinos, servidores públicos inútiles… y hasta la presidenta inservible.

¿Cómo creer en la democracia mexicana? ¿Qué caso tiene seguir reverenciando a gobiernos disfuncionales? Por mi parte, en una opinión personal que no intenta ser la opinión de este periódico para el cual trabajo (así lo exonero de mis comentarios), he perdido la fe en seguir votando y participando políticamente con mi país…

Hagamos lo que hagamos, las ratas tienen el camino enteramente libre para devorar la carroña que nos queda.



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