![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3SDJybIhTZ0lRVhT1cPhiwjagmy0QZDvFqbjNHz7CbDLbzeCV07PLWpIrbwQ09FE90_97TDRespVtfp0ooeS3Fw4w1fCb_Yg5E8IgmPkxiqkOwZoikBArQoeoTyOV9odETMtA1zQ13VQ/s200/950.jpg)
En este 12 de diciembre (como en todos los anteriores luego de su fallecimiento), me acuerdo de ella y me imagino cómo platicaríamos de estar juntos ahora. Cómo me regañaría, cómo serían sus risas. Mañana tendré de nuevo una oportunidad más para acordarme de mi madre. Y eso es algo que sólo le puedo agradecer a la original María Guadalupe, nuestra virgencita morena. Y a Dios.
Que si fue símbolo de opresión, que si es una farsa, a mi no me importa: es parte de nuestra condición de ser mexicanos, de nuestra mexicanidad, como la fiesta de nuestros Santos Difuntos, como los tamales y el atole caliente. Viva nuestra Madre morena, ¡viva mi Madre amada!
No hay comentarios:
Publicar un comentario